HISTORIA
2016-2017

La historia de Maniua empieza hace muchos años, con mis inquietudes desde niño por crear un impacto positivo en el mundo. Pero el reciente proyecto se origina desde el momento en que fui a vivir y a cuidar a mi abuelo Enrique en el 2016 en Montroy, Valencia, quien ya tenía por aquel entonces varios perros y gatos en su casa, los cuales vivían separados por miedo a posibles conflictos y en el caso de los perros, enjaulados y sin salir del terreno de la casa en ningún momento. Al ver el lamentable estado y calidad de vida que tenían decidí rehabilitarlos, centrándome sobre todo en el más alterado de los dos, Ringo, un bóxer americano con problemas de hiperactividad y agresividad. Tras tres meses de actividades en la naturaleza, bici y mucha psicología y paciencia emerge un nuevo Ringo, equilibrado y paciente, que abre la posibilidad de acoger a Soni, un cruce de Pointer, que junto a Luna supondrían la semilla e inspiración del proyecto que por aquel entonces era solo un sueño: crear un centro de rehabilitación capaz de recuperar casos difíciles en manada y en un contacto directo con la naturaleza. Tras conseguir hacer convivir a gatos y perros en el mismo hogar y anunciarme en internet como un servicio y espacio para cuidar a perros de gente particular, comienza una etapa muy intensa y activa en la que gracias a mi otra pasión, la producción audiovisual, consigo hacerme rápidamente con un publico en Facebook. En sus primeros años, este proyecto tuvo una progresión y un alcance bastante rápidas en relación con el mundo del perro en Valencia, en poblaciones cercanas y aunque con menor impacto y de forma telemática, también a nivel nacional. Mi labor se tradujo en una buena reputación en el sector, haciendo falta solo un año de trabajo para dedicarme a trabajar con muchos perros a la vez de forma natural y a rehabilitar casos difíciles. Es sorprendente ver la forma espontánea en la que a veces la vida nos muestra nuestras pasiones ocultas.
2018

En solo un año de actividad empiezo a vivir de mi actividad con los perros, poniendo toda mi alma en ello. El caso de Espe, la perra blanca del balcón de torrente supuso un antes y un después en mi proyección como rehabilitador. Esperanza que llevaba encerrada más de dos años en un balcón malviviendo sin comida, entre sus pises y sus cacas y tenía fama de morder a perros y personas cuando aún era paseada por el barrio. El video de su rehabilitación hizo que conectara con más asociaciones y rescatistas, consiguiendo nuevos casos cada vez más complejos y haciendo crecer, paralelamente el número de clientes de guardería. Todo esto ayudado gracias en parte también a la gran cantidad de videos producidos donde la gente puede ver el día a día de la manada y los paseos por la naturaleza y a los artículos y publicaciones en los que muestro los avances y la convivencia de todo tipo de perros de forma equilibrada y en manada.
La metodología para la rehabilitación de los perros orbita alrededor de la experiencia en manada y los paseos por la naturaleza. La exposición a los estímulos, los elementos y la conexión con el entorno en un proceso que fomenta la inercia natural del perro como seguidor. Desde este contexto sintonizamos con una parte innata del perro, que libera de esta forma increíbles cantidades de energía que le ayudan a encontrar el equilibrio entre su mente y su cuerpo.
2019

Tras meses de búsqueda encontramos lo que parece un lugar idóneo, apartado de núcleos urbanos, con 10.000m2 de terreno y naturaleza. Trasladarse de una casa totalmente hecha como era la de mi abuelo, donde solo tenía que centrarme en los perros y pasear con ellos, y pasar a vivir en una casita rural con solo espacio común de 40m2 para cobijarnos todos juntos, ha sido un reto de dimensiones difícil de explicar. No lo entiendes hasta que lo vives en persona. Los perros, como las personas, necesitan una estabilidad y unas rutinas para poder mantenerse en equilibrio y no entrar en conflicto mutuamente. Desde que vinimos a esta finca, compartimos el salón con toda la manada, humanos y perros en una experiencia absolutamente comunitaria. Lo cierto es que fue una etapa muy intensa a todos los niveles, en la cual había que compaginar el trabajo constante de vallado con el hecho de no tener un espacio personal realmente privado donde desconectar del todo del ajetreo constante. Miro hacia atrás y la verdad es que no dejo de sentir perplejidad por todo lo que era capaz de aguantar que ahora ya no veo de la misma forma.
2020

El 2020 se convierte en el año que retomo por fin una pasión que tenía totalmente aparcada desde hace mucho tiempo. La fotografía. Este es un ámbito importante en el mundo del perro, pues es el portal visual a través del cual se puede llegar a la gente y por tanto conseguir acogidas y/o adopciones.
2021

2021 pasa a ser el año en el que cogemos casos de miedo extremo que no han conseguido avanzar en sus respectivos lugares de acogida. Se trata de casos muy complejos que suponen un nuevo aprendizaje en el proyecto y que hacen aflorar una nueva necesidad: La existencia de un espacio completamente dedicado a ellos, en compatibilidad con perros ancianos, que permita la rehabilitación de este tipo de casos.
2022

En el 2022 nace un nuevo proyecto paralelo que va de la mano de Maniua. Un estudio fotográfico solidario que aspira a colaborar con asociaciones y protectoras para contribuir a generar contenido de calidad alrededor de la adopción de los perros rescatados y con problemas de conducta.
Este año vuelvo a trabajar con perros con problemas de agresividad grave en relación a humanos y a otros perros, consiguiendo muy buenos resultados al trabajar con la manada.
Dos ejemplos de ello son Bella, que vendría con nosotros por realizar mordidas muy severas al padre del dueño y que atacaba con severidad a cualquier persona que intentara manipularla que no fueran las personas que conoce. Tras dos meses Bella se integrará perfectamente en la manada, creando un vinculo muy bonito conmigo. Y por otro lado, Hela, una pitbull rescatada, casi ciega que atacaba a todos los perros y que también, tras tres meses terminaría totalmente adaptada y sociable con la manada.
Todos estos años sirvieron de aprendizaje y también supusieron mucho desgaste. Fuimos acondicionando el espacio con vallados que permitieron un control sobre los perros y un uso más eficiente del espacio, permitiendo que en varias parcelas de la finca emerja la posibilidad de empezar a proyectar zonas de huerto.
Surgen necesidades vitales, como son la necesaria ampliación de la vivienda principal que posibilite la separación del espacio canino del humano de forma completa y óptima para ambos colectivos.
2023

Este es el año en el que nos establecemos como Asociación Medioambiental. Y también uno que supone un gran cambio en el proyecto, donde los problemas de los últimos años empiezan a poder solventarse poco a poco gracias a la adhesión de una nueva casa que nos permite empezar a coger voluntarios y un terreno donde se proyecta el futuro centro de rehabilitación.
Gracias a los voluntarios, los perros empiezan a repartirse en pequeñas manadas a lo largo del año y con ello mejora la calidad de vida de ambas partes.
La casa de los voluntarios da pie a una nueva etapa en la que el proyecto se empieza a iniciar en la permacultura, la construcción y la vida comunitaria, llegando a tener hasta unos 15 voluntarios de forma continua en el proyecto.
2024

Durante el 2024 Maniua sigue creciendo en muchos sentidos:
Nos abrimos a nuevos proyectos en redes sociales alrededor de la vida comunitaria. Se crea un taller de carpintería para desarrollar el proyecto en esa área. Realizamos diversas acciones solidarias en proyectos de animales de la zona, Empezamos con la permacultura y la huerta y obtenemos nuestras primeras cosechas y en general seguimos creciendo como comunidad hasta llegar a ser más de 20 personas conviviendo juntas.
Es un año de muchos aprendizajes alrededor de la vida comunitaria y en el cual el enriquecimiento colectivo es muy grande. Maniua se establece como un proyecto amplio e integrador, donde los perros ya no son el único foco y donde por fin se integran en las actividades el cuidado también de las personas y el medio ambiente.
Con la llegada de la DANA y la riada del 29 de octubre emerge con fuerza una nueva actividad: Las jornadas solidarias para ayudar a los afectados, que pasan a ser una cuestión central en el proyecto y de la cual emergen nuevas iniciativas para poder ayudar en lo sucedido.